martes, 31 de marzo de 2015

Semana Santa

Ha llegado Semana Santa de nuevo a Granada. Los típicos granaínos castúos ya van por ahí adorando a Jesucristo y a la madre que le parió (literalmente), petando twitter e insta de fotos con descripciones interminables sobre lo mucho que adoran esta época. Me pregunto qué es más falso, ¿Semana Santa o Navidad?. Responded a esto como consideréis. El caso es que me río mucho de estas personas y me acuerdo de la frase que ya he visto relacionada con Marx o reflejada en Don Manuel Bueno Mártir:

La religión es el opio del pueblo.

Bueno, los que encontramos el opio por otro lado no tenemos por qué perder el tiempo en procesiones y tal. Oye, qué suerte, ¿No?

Su reino, el reino de todos estos creyentes, no es de este mundo. Pero, ¿Acaso el mío lo es? Mi reino de músico, revolucionario, bohemio... ¿Es de este mundo? Sé que lo fue, pero eran otros tiempos. Entonces la palabra del compañero aún tenía algún significado, existían valores en las calles, el amor era amor y la amistad, amistad. Los sentimientos eran puros. Era la época de Rosalía de Castro, Bécquer, Espronceda, Larra... Más tarde recogieron sus valores literatos como Lorca o Valle Inclán. Y finalmente, arribaron y se anclaron en los jóvenes (que hoy ya son viejos o no están) de los 70 o los 80. ¿Por qué cojones no nos han llegado a la actualidad? Ya sólo ves estas maneras de entender la vida en los libros de Lengua Castellana y Literatura y la gente se queja por tener que estudiarlas. Sí, todos aquellos que después no ponen pega en pasar horas viendo Telecinco, y no hablo precisamente del telediario. Toda esa gente que centra su lucha en salir de fiesta una hora más, y sin embargo se la suda salir a las calles a protestar por el encarecimiento de sus estudios.

-Yo es que me los puedo pagar. No me importa.

¿Hola? ¿Qué hostias significa para esta gente la palabra solidaridad? Personas que quizá valgan más que ellos no podrán hacer frente económicamente al estudio de su carrera. No quiero que penséis que voy de moralista, pero yo, individualmente, salgo a la calle por todos ellos. Sé que es un ejemplo tonto, pero casos así hay a montones. Después toda esta gente va y reza a su Dios, y lo alaba y le canta en procesión... Leed las doctrinas del catolicismo y juzgad por vosotros mismos. Jode que además después se meten contigo porque tú no adoras a esa figura crucificada. Pues no, tío, aprendí a pensar por mi mismo. Cuando tú estás mal rezas; yo me dedico a escribir o cantar. Simple. Tu método de evasión y el mío tienen su punto en común, precisamente, en que nos ayudan a olvidar nuestros problemas. La gran diferencia radica en que mi método me hace más culto cada día, me incita a descubrir; el tuyo, te mantiene estático y te hunde más y más en tu propia cueva. Pero, oye, todo es respetable.

Siento asco por este tipo de personas, no puedo evitarlo. Sin embargo, son las personas que me rodean y he aprendido a adaptarme al medio sin escupir en sus caras cada vez que los miro. Me entristece profundamente vivir en una sociedad compuesta en su inmensa mayoría por personas como las anteriormente descritas.

 Sí, sé que es el pan de cada entrada, pero doy mil gracias a toda la gente que se sale de esa línea de inmoralidad y saben pensar por sí mismos. Me alegro de que a vosotros, como a mi, esta sociedad no haya sido capaz de doblegaros.

Cierro este escrito con el piano de Mozart sonando en segundo plano. Concerto in A Major.
Buenas noches.

C

sábado, 28 de marzo de 2015

Deriva Planetaria

Es complicado vivir como vivo en la sociedad que vivo. La verdad, tampoco estoy seguro de si quiero seguir viviendo aquí. Este no es lugar para alguien que lucha por lo que quiere, que no se calla, dice lo que piensa sin temor a las consecuencias... No es lugar para alguien cuya estética, aficiones y mentalidad son completamente distintas a la de la inmensa mayoría social. No señor, este no es lugar para mi, Poco a poco, lo único de lo que realmente soy dueño, mi mente, se me va de las manos. Hago daño a quien no lo merece, la emprendo con cualquiera y lo jodido es que son todas aquellas personas a las que he colocado a conciencia a mi alrededor, y si lo hice, es porque eran diferentes. Un poco más como yo.

En anteriores entradas de mi blog he podido releer mis sensaciones y visión del mundo desde hace un par de años hasta hoy. Si entonces esta era pesimista, hoy en día es (muy a mi pesar) tan realista que me mata, me entristece profundamente, me deprime y no me deja vivir en paz. Ves que muchas chicas viven su día a día como si estuvieran haciendo un máster en prostitución, o se encierran en sus mundos de GH VIP y Mujeres y hombres y pollas en vinagre, y así huyen de la realidad que les rodea, de la gente que muere a kilómetros de ellas o del desastroso futuro que su propio país les depara. Los chicos, por otro lado, pasan el día hablando de fútbol, reggaeton y de mil maneras, a cada cual más descabellada, de como participar en los máster de prostitución de las chicas,a las que ya coleccionan como simples trofeos. Nada es de verdad. Ellos también lo saben.

Sí, en el anterior párrafo me dirijo a todxs aquellxs que se den por aludidxs. A lxs que no os identificáis con esto os doy las gracias por hacer del mundo una mierda de menor envergadura.

Me estoy volviendo loco gracias a mi vida diaria. El pasado puso su pequeño gran granito de arena, el presente lo hace cada día y el futuro... de este mejor ni hablar. La música a veces, comienza a quedarse corta para evadirme de esta puta realidad y eso hace que tenga que mirarla de frente y sufrirla. Tengo que apartar de mi lado a los que quiero, una tarea dura y difícil. Tengo que quedarme sólo junto a la gente que no me importa una mierda para encontrarme conmigo mismo, y así dejar de hacer daño y pedir perdón muchas menos veces de las que hoy en día acabo exigiéndome. No puedo pensar en chicas porque no quiero hacer ilusiones, ni a ellas ni a mi mismo y, sobre todo, porque no quiero seguir hiriéndolas. Cada relación que acaba es una espada más que yo mismo me clavo, y no tengo ganas de desangrarme.

Hoy escribo desde mi habitación, escuchando la banda sonora de El Pianista, discutiendo con una chica sobre si es o no una puta, con un alfiler en la boca y los ojos entornados, como los de cualquier crítico o columnista americano cegado por el humo de su cigarro y los efectos de su copa de Jim Bean. Ya se ha hecho de noche y es un sábado frío. Habrá que aprovecharlo tumbado en la cama, con cualquier vinilo de Simon and Garfunkel rodando bajo la aguja y haciendo más llevadera esta condena, que va durando más de 16 años.

C